China intensificó la guerra comercial con Estados Unidos al anunciar este martes (04.02.2025) la imposición de nuevos aranceles del 15% sobre la importación de carbón y gas natural licuado (GNL) provenientes del país norteamericano. La medida responde a las tarifas adicionales del 10% impuestas por Washington sobre productos chinos, lo que marca un nuevo episodio de confrontación económica entre ambas potencias.
Pero las represalias de Pekín no se limitan a los energéticos. El Ministerio de Finanzas chino también confirmó la aplicación de aranceles adicionales del 10% sobre el petróleo crudo, maquinaria agrícola, camionetas y vehículos con motores de gran desplazamiento fabricados en Estados Unidos.
El gobierno chino justificó la decisión señalando que el reciente aumento de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump representa una “violación grave” de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Según el comunicado oficial, la medida es una respuesta directa al “aumento unilateral de aranceles” impulsado por Washington, lo que, a juicio de Pekín, afecta la estabilidad del comercio global.
China refuerza su estrategia: controles a minerales clave y presión sobre Google
Además de los aranceles, China ha intensificado su postura con nuevas restricciones a la exportación de minerales estratégicos esenciales para la fabricación de semiconductores, baterías y tecnología de punta. Entre los minerales afectados están las tierras raras, recursos fundamentales en la industria tecnológica global.
Asimismo, el gobierno chino ha lanzado una investigación antimonopolio contra Google, gigante tecnológico estadounidense, alegando prácticas desleales en el mercado digital. Esta medida se suma a las crecientes tensiones entre ambas naciones en el sector tecnológico, donde las restricciones a empresas como Huawei y TikTok han sido puntos de fricción en los últimos años.
Impacto económico y consecuencias para el comercio global
Los nuevos aranceles impuestos por China entrarán en vigor el próximo lunes, lo que podría generar una reacción inmediata en los mercados internacionales. Analistas advierten que la escalada de tensiones comerciales entre Pekín y Washington podría impactar el precio global de los energéticos y alterar el comercio de bienes estratégicos.
El mercado del gas natural licuado, por ejemplo, podría verse afectado, ya que China es uno de los mayores importadores de este recurso. Las empresas estadounidenses dedicadas a la exportación de GNL podrían enfrentar dificultades para mantener su competitividad frente a otros proveedores, como Qatar y Australia.
En el caso del petróleo, la medida china podría redirigir la demanda hacia otros países productores, debilitando la presencia de EE.UU. en el mercado asiático. Empresas del sector energético han advertido que la incertidumbre generada por la guerra comercial podría influir en la inversión y la estabilidad de los precios.

Trump responde con nuevas amenazas comerciales a México, Canadá y China
El anuncio de China se produce días después de que el presidente Donald Trump anunciara nuevas tarifas del 25% sobre las importaciones de México y Canadá, además de un 10% sobre los productos chinos. Sin embargo, las medidas contra sus socios comerciales en América del Norte fueron postergadas por un mes tras una ronda de negociaciones.
Trump justificó estas sanciones comerciales como una forma de presión para que los países afectados implementen mayores controles sobre el tráfico de migrantes y drogas hacia Estados Unidos. La Casa Blanca ha reiterado que continuará aplicando sanciones económicas contra aquellos gobiernos que, según su criterio, no colaboren en la seguridad fronteriza.
En respuesta, China ha reiterado su compromiso con el libre comercio y ha hecho un llamado a Washington para regresar a la vía del diálogo. No obstante, el endurecimiento de su postura sugiere que Pekín no está dispuesta a ceder ante las presiones estadounidenses sin tomar represalias proporcionales.
¿Se avecina una nueva fase de la guerra comercial?
Las acciones recientes de China y Estados Unidos evidencian una profundización en la disputa comercial que podría afectar a sectores clave de la economía global. Expertos advierten que, si no se alcanza un acuerdo en el corto plazo, las medidas podrían escalar hasta afectar industrias como la automotriz, la tecnología y la manufactura avanzada.
Con la entrada en vigor de estos nuevos aranceles, la incertidumbre sobre el futuro del comercio internacional sigue creciendo. Mientras tanto, las grandes potencias continúan moviendo sus fichas en un conflicto que, lejos de resolverse, parece estar entrando en una nueva y más compleja etapa.
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