La administración de Donald Trump ha ordenado la reanudación y expansión del muro fronterizo entre Estados Unidos y México, un proyecto que había sido suspendido durante la presidencia de Joe Biden. La medida, anunciada por la Casa Blanca, contempla la extensión de la barrera en al menos 127 kilómetros y un refuerzo inmediato en diversos puntos críticos.
Karoline Leavitt, vocera del gobierno de Trump, confirmó en conferencia de prensa que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) está en la fase de planeación y movilización de recursos para la construcción.
“El presidente Trump ha dejado claro que su prioridad es reforzar la seguridad en la frontera sur. Esta expansión forma parte de una estrategia integral para controlar el flujo de migrantes y combatir el tráfico de drogas”, declaró Leavitt.
Mientras tanto, agentes de la Patrulla Fronteriza han comenzado la instalación de vallas de alambre de púas y otros dispositivos de contención en sectores clave, en un esfuerzo por fortalecer la seguridad antes de que inicien oficialmente las obras.
Un proyecto central en la política de Trump
Desde su primera campaña presidencial en 2016, Donald Trump ha utilizado la construcción del muro fronterizo como una de sus principales promesas políticas. Argumentando que la barrera es una solución para frenar la migración ilegal y el tráfico de armas y drogas, el exmandatario convirtió el tema en un pilar de su discurso.
Sin embargo, la promesa de que México pagaría por la construcción nunca se cumplió. Durante su primer mandato, Trump logró avances en la edificación del muro, pero la llegada de Joe Biden a la presidencia frenó el proyecto.
Ahora, con su regreso a la Casa Blanca, Trump ha decidido retomar y ampliar la construcción de la barrera fronteriza como parte de su estrategia de seguridad nacional.
“El día de asunción de Trump, desde las 7:00 horas llegaron los trabajadores y comenzaron a extender el muro. Lo que no sabemos es de dónde sacaron los fondos, porque decían las autoridades que no había recursos para ello”, señaló Daniel Watman, director de programas del Parque de la Amistad en Tijuana, en declaraciones para la agencia EFE.
Más tropas y seguridad en la frontera
Además del reinicio de la construcción, la administración de Trump ha intensificado las medidas de seguridad en la frontera con México.
Como parte de un acuerdo bilateral para contener el tráfico de drogas y el flujo migratorio, cientos de militares y elementos de la Guardia Nacional de ambos países han sido desplegados en zonas estratégicas de la frontera.
Estados como Baja California, Sonora y Tamaulipas, que registran altos índices de violencia y son puntos clave en el tráfico de drogas, migrantes y armas, han sido los principales focos de este reforzamiento.
En respuesta a la decisión de Trump, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó el envío de 10 mil elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en la frontera norte del país.
“Este despliegue tiene como objetivo frenar el tráfico de fentanilo y otras sustancias ilícitas, así como garantizar la seguridad en la región”, declaró la mandataria mexicana.
Críticas y controversia por la reactivación del muro de Trump
La reanudación de la construcción del muro ha generado reacciones encontradas tanto en Estados Unidos como en México.
Mientras que sectores conservadores y algunos grupos de seguridad fronteriza han celebrado la decisión de Trump, organizaciones defensoras de los derechos humanos han expresado su preocupación por las implicaciones que esto tendrá para los migrantes.
Daniel Watman, activista y defensor del Parque de la Amistad en Tijuana, criticó la retórica del expresidente Trump y señaló que la militarización de la frontera no resuelve los problemas de fondo.
“La narrativa de Trump utiliza el miedo para justificar la construcción del muro y la militarización de la frontera. Esto beneficia a ciertas industrias y a contratistas, pero no representa una solución real al fenómeno migratorio ni a los problemas de seguridad”, afirmó Watman.

El impacto en el Parque de la Amistad y la comunidad fronteriza
Uno de los espacios afectados por la expansión del muro es el Parque de la Amistad en Tijuana, fundado en 1971 como un símbolo de unión entre México y Estados Unidos.
El parque ha servido durante años como un punto de encuentro para familias separadas por la frontera y como un espacio de convivencia. Sin embargo, con las nuevas obras, su futuro es incierto.
“Nuestra idea es que sea un parque donde la gente pueda entablar amistades y las familias puedan estar juntas. Que sea un símbolo de lo que necesitamos: cooperación y colaboración a través de las fronteras”, expresó Watman.
Mientras la construcción avanza, organizaciones civiles y grupos de activistas han anunciado que seguirán presionando para frenar la expansión del muro y defender los derechos de los migrantes.
La medida de Trump, lejos de resolver el problema de la migración, parece avivar un debate que sigue dividiendo a Estados Unidos y México.
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